El Barcelona registró su menor tiempo de juego efectivo en la historia reciente durante su partido ante el Mallorca, con apenas 48 minutos de tiempo real sobre el terreno.

Este dato refleja que las nuevas medidas para reducir las pérdidas de tiempo no han logrado igualar la duración efectiva de los partidos en LaLiga.

En comparación, el encuentro Elche-Betis acumuló 61 minutos y 27 segundos de juego real, mientras que Alavés-Levante tuvo solo 45 minutos y 53 segundos.

Otros partidos destacados por su tiempo de juego fueron Real Madrid-Oasuna (60 minutos) y Espanyol-Atlético (59 minutos y 20 segundos), este último con menos interrupciones en el partido.

El mayor tiempo continuado sin paradas se registró en Cornellà (6 minutos y 22 segundos), mientras que el menor fue en San Mamés, en el Athletic-Sevilla (1 minuto y 59 segundos).

La gran diferencia entre partidos evidencia que el tiempo efectivo de juego sigue siendo un desafío para el estamento arbitral.