La reciente incorporación de Thiago Almada al Atlético de Madrid ha desatado un problema administrativo: el club colchonero ahora cuenta con más futbolistas extracomunitarios de los permitidos. Esto obliga a su directiva a liberar una de las tres plazas ocupadas actualmente por Samuel Lino, Conor Gallagher y Nahuel Molina, una situación que el área deportiva considera prioritaria a resolver antes del cierre del mercado.

La situación más clara es la de Lino, quien, a pesar de tener contrato vigente hasta 2027, no entra en los planes del cuerpo técnico. El brasileño, que tuvo una campaña irregular, mantiene cierto valor de mercado gracias a su proyección. Aunque clubes como el Nottingham Forest han mostrado interés, el jugador aún no ha tomado una decisión definitiva sobre su salida.

Por su parte, Gallagher también figura en la lista de transferibles, aunque su situación es más compleja. Fichado por 40 millones de euros la temporada pasada, su traspaso solo se concretará si algún club de la Premier League —donde tiene mercado— presenta una oferta que permita recuperar la inversión. El Newcastle es uno de los interesados en su fichaje.

El caso de Molina es diferente. A pesar de haber perdido protagonismo frente a Marcos Llorente, sigue contando con el respaldo de Diego Simeone. Su intención es permanecer en el equipo y seguir compitiendo por un lugar en el once titular. Además, el lateral argentino está en proceso de obtención de la nacionalidad comunitaria, lo que podría liberar su plaza a partir de enero.

No obstante, mientras el trámite de Molina se concreta y con el mercado aún abierto durante varias semanas, las decisiones dependerán en gran parte de las ofertas que lleguen al club. Por ahora, el Atlético deberá actuar con rapidez si quiere inscribir a Almada sin contratiempos.