China se prepara para alcanzar un hito histórico en 2025: por primera vez, las ventas de coches eléctricos superarán a las de vehículos con motores de combustión, según datos recopilados por Financial Times.

Se prevé que el gigante asiático venda 12 millones de coches eléctricos ese año, marcando un nuevo capítulo en la revolución automotriz global.

Este crecimiento meteórico no es casualidad. El gobierno chino ha intervenido constantemente con subsidios y políticas favorables para impulsar la adopción de vehículos eléctricos (VE).

Mientras las ventas de VE se duplicarán entre 2022 y 2025, los coches de combustión interna caerán en cuatro millones de unidades, reflejando un cambio definitivo en las preferencias del consumidor.

Sin embargo, esta transición presenta desafíos importantes para los fabricantes europeos, quienes enfrentan una creciente competencia de los modelos chinos, más accesibles y altamente competitivos.

Marcas como BYD no solo lideran en innovación, sino que también apuestan por estrategias agresivas de reducción de costos, ampliando su influencia en mercados internacionales.

En contraste, la industria automotriz europea lucha por mantenerse al día en esta carrera tecnológica y de precios.

Las empresas tradicionales, como Volkswagen y Mercedes, ven su cuota de mercado en China disminuir drásticamente, mientras el público opta por automóviles eléctricos que ofrecen experiencias digitales avanzadas y constantes actualizaciones de modelos.

La guerra de precios y la sobreproducción en China han empujado al gigante asiático a expandirse agresivamente fuera de sus fronteras.

A pesar de los aranceles impuestos por la Unión Europea, las marcas chinas siguen ganando terreno en el mercado internacional, marcando un punto de inflexión para el sector automotriz global.