Jean-Claude Van Damme y su renacer en Hollywood tras una década de sombras
El actor belga Jean-Claude Van Damme, ícono del cine de acción en los años 90, atravesó una profunda crisis profesional y personal que lo mantuvo relegado por más de una década. Entre problemas de adicción, un trastorno bipolar no tratado y decisiones laborales erradas, su carrera se vio limitada a producciones de bajo presupuesto. Sin embargo, en 2008, su participación en la película JCVD marcó un inesperado resurgimiento, devolviéndole parte del prestigio perdido.
Del estrellato a la caída
Van Damme alcanzó la cima de su carrera con éxitos como Timecop y Street Fighter, películas que consolidaron su estatus en la industria. En ese momento, confiado en su popularidad, rechazó un contrato millonario por considerar que merecía el mismo salario que estrellas como Jim Carrey. Esta decisión, que él mismo calificó después como “ridícula”, lo llevó a ser excluido de los grandes estudios de Hollywood.
A esto se sumaron problemas personales. Según The Guardian, durante el rodaje de Street Fighter, el actor enfrentó una fuerte adicción a las drogas, al punto de que la productora le asignó un supervisor, quien terminó siendo una mala influencia. Steven E. de Souza, director del filme, reveló que Van Damme “iba drogado hasta la médula”, afectando el desarrollo del rodaje.
Además, el actor fue diagnosticado con trastorno bipolar, una condición que, en su momento, no fue tratada adecuadamente. Sus intentos de rehabilitación fueron interrumpidos por recaídas, y su vida personal se vio marcada por excesos y escándalos, incluyendo arrestos por conducir bajo los efectos del alcohol.
El regreso con JCVD
Tras años de altibajos, en 2008 Van Damme sorprendió con JCVD, una película en la que interpretó una versión ficticia de sí mismo: un actor en decadencia lidiando con problemas financieros y familiares. Este drama le permitió demostrar su talento más allá de las artes marciales y fue aclamado por la crítica, marcando un renacer en su carrera.
Si bien no regresó a los grandes papeles protagónicos, su participación en Los mercenarios 2, junto a otras leyendas del cine de acción, le devolvió notoriedad. Paradójicamente, había rechazado aparecer en la primera entrega de la saga.
Un legado de resiliencia
Hoy, Jean-Claude Van Damme reconoce que su ambición y errores le costaron años de carrera, pero su historia también es un testimonio de resiliencia. Con JCVD, demostró que su talento va más allá de las peleas coreografiadas y que, a pesar de los altibajos, sigue siendo una figura recordada en el cine de acción.
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