Expertos en nutrición destacan que la forma en que se cocina el huevo influye directamente en la conservación de sus nutrientes y en su impacto en la salud. Según estudios recientes, hervir o cocinar al vapor son las mejores opciones para preservar su valor nutricional, mientras que métodos como freír pueden alterar su perfil calórico y añadir grasas no deseadas.

Un estudio publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos señala que los huevos hervidos o al vapor mantienen intactos nutrientes esenciales como la proteína de alta calidad, la colina, la vitamina D y el folato, fundamentales para el desarrollo cerebral, la salud ósea y la regulación del metabolismo. Además, la cocción elimina el riesgo de bacterias sin necesidad de aceites adicionales, lo que los convierte en una alternativa más saludable.

Consumir un huevo al día: beneficios y recomendaciones

Según un análisis de Science Direct, incluir un huevo en la dieta diaria aporta múltiples beneficios:

Proteína de alta calidad: Un huevo entero proporciona aproximadamente 6 gramos de proteína, ideal para el mantenimiento muscular.
Saciedad y control de peso: Su consumo ayuda a prolongar la sensación de plenitud, favoreciendo el control del apetito.
Salud materna e infantil: La colina presente en los huevos es clave en el desarrollo del sistema nervioso del feto.
Opciones para reducir el colesterol: Para quienes buscan limitar su consumo de colesterol, se recomienda optar solo por la clara, que aporta el 60% de la proteína total sin grasas adicionales.

Por otro lado, un estudio de la Cleveland Clinic confirma que el huevo cocido es la opción más saludable, ya que facilita la digestión de las proteínas y conserva sus nutrientes sin añadir grasas innecesarias.

Finalmente, la Mayo Clinic respalda estos hallazgos, destacando que elegir el método de cocción adecuado no solo mejora la absorción de los nutrientes, sino que también optimiza el valor nutricional del huevo sin comprometer la salud.