Luis Enrique consolida su imagen de símbolo culé y azote del madridismo
Luis Enrique volvió a mostrar su afinidad con el FC Barcelona, dejando atrás cualquier vínculo con el Real Madrid, club en el que jugó antes de convertirse en uno de los referentes del barcelonismo. En la previa del duelo entre PSG y Real Madrid, el técnico asturiano no ocultó su entusiasmo por enfrentar al conjunto blanco: "Ya sabéis que soy socio culer y sportinguista, así que siempre es motivante jugar contra el Madrid", declaró, reavivando una historia de desencuentros con el club merengue.
El vínculo de Luis Enrique con el Barça comenzó en 1996 cuando, tras cinco temporadas en el Madrid, decidió cambiar de camiseta y firmar con el equipo catalán. Durante ocho años, dejó huella como jugador, marcando cinco goles en 18 clásicos y liderando al equipo incluso en sus momentos más difíciles. En una entrevista pasada, llegó a declarar: "El color azulgrana me sienta bastante mejor" y que su paso por el Madrid “no le trae buenos recuerdos”.
Ya como entrenador, reforzó esa identidad barcelonista al dirigir al filial en 2008 y luego al primer equipo en 2014, donde logró el segundo triplete de la historia del club. En redes sociales, llegó a celebrar un clásico con frases como: “Un orgasmo futbolístico” tras una goleada blaugrana en el Bernabéu.
Ahora, desde el banquillo del PSG, Luis Enrique mantiene intacta su convicción culé, convirtiéndose en uno de los personajes que más antipatía genera entre la afición madridista, alimentando una rivalidad que va más allá de los 90 minutos.