Christina Doyle fue arrestada y acusada de negligencia después de que su hijo se disparara en la pierna; el menor ya fue dado de alta

Christina Doyle, madre de 33 años, fue arrestada y acusada formalmente de negligencia infantil con lesiones corporales graves y negligencia culposa, luego de que su hijo de 2 años se disparara accidentalmente con una pistola que tomó de su bolso. El hecho ocurrió alrededor de la 1:30 de la madrugada en el estacionamiento de un complejo de apartamentos ubicado al norte del Hard Rock Stadium, en la 21001 NW 22nd Avenue.

De acuerdo con el informe policial citado por medios locales, Doyle estaba estacionando en reversa con su hijo y otro menor —hijo de un primo— en el asiento trasero del vehículo, cuando escuchó una fuerte detonación. Al girarse, vio que su hijo se había disparado en la pierna derecha tras manipular el arma que tenía guardada en su bolso.

El menor fue trasladado de inmediato a un hospital cercano y posteriormente dado de alta. Su bisabuela, Paula Campbell-Stone, expresó su alivio y agradecimiento: “Doy gracias a Dios de que solo fuera su pierna y que ahora esté recuperándose”.

Tras acudir voluntariamente a la comisaría, Doyle fue arrestada por la Policía de Miami Gardens. Un juez fijó su fianza en 5.000 dólares y dictó que podrá tener contacto con sus cuatro hijos únicamente mediante visitas supervisadas, mientras el Departamento de Niños y Familias de Florida realiza una investigación.

La jueza Mindy Glazer halló causa probable para los cargos y aprovechó la audiencia para hacer un llamado a los padres sobre el almacenamiento seguro de armas: “Un niño puede acceder a cualquier cosa. Armas, cuchillos... deben guardarse bajo llave o en cajas fuertes”.

Por su parte, el abogado de Doyle, Dustin Tischler, defendió a su clienta afirmando que no tiene antecedentes penales y es propietaria legal del arma. “Fue un terrible error, y una pena que le ocurriera a la niña, pero afortunadamente no fue más grave. La niña ya está en casa con su abuela”, dijo.

Campbell-Stone, aunque consideró que todo fue un accidente, reconoció que Doyle debió ser más cuidadosa: “Hay que asegurarse de no dejar un arma en un lugar donde un niño pueda acceder. Me sorprende que un niño de dos años pueda apretar el gatillo”.

Tras pagar la fianza, Doyle salió en libertad la noche del martes desde el Centro Correccional Turner Guilford Knight, sin realizar declaraciones a los medios. El caso sigue generando debate sobre la seguridad en el manejo de armas de fuego en presencia de menores.