El jefe nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Grover García, afirmó que cualquier presunto acto de corrupción, “venga de la izquierda o la derecha”, debe ser investigado y los culpables deben responder ante el pueblo. Sus declaraciones surgen en respuesta al pedido de arraigo y juicio de responsabilidades contra el presidente Luis Arce por parte de un diputado de su propio partido, en un nuevo episodio de la fractura interna en el oficialismo.

La controversia fue desatada por el diputado masista Rolando Cuéllar, quien anunció que impulsará acciones judiciales contra el presidente Arce y sus hijos, tras retirarle públicamente su apoyo. Cuéllar indicó a un medio local que, si bien apoyó la gestión de gobierno, los actos de corrupción que han empezado a salir a la luz han forzado su accionar, asegurando que “no podemos hacernos los ciegos o los sordos” ante estas denuncias.

En respuesta a las duras acusaciones, Grover García enfatizó que, si bien la corrupción debe ser sancionada, cualquier denuncia debe estar respaldada por “pruebas documentadas”. Advirtió sobre la politización de este tipo de temas en tiempos electorales y subrayó que los políticos deben actuar con la verdad y no confundir a la población con acusaciones sin fundamento. “El país necesita de políticos sanos, el país necesita de cero corrupción”, sentenció.

García reiteró enérgicamente que el MAS no defenderá a nadie involucrado en actos irregulares, sin importar su procedencia partidaria. “No vamos a defender a nadie, ya sea del MAS o de cualquier otro partido”, afirmó. El dirigente también insistió en que toda persona que haya asumido cargos públicos, ya sea por elección o designación, debe rendir cuentas de sus actos y someterse a la investigación correspondiente si existen indicios de irregularidades.

Este cruce de declaraciones evidencia la profundización de la crisis interna que atraviesa el MAS. Las facciones en pugna utilizan las denuncias de corrupción como una herramienta política, lo que revela la tensión entre los líderes y los militantes. La respuesta de García, si bien busca mostrar una postura institucional, pone en manifiesto el delicado momento político que vive el partido de gobierno.