Iñaki Williams asumió oficialmente la capitanía del Athletic Club y, en su primera rueda de prensa como líder del vestuario, abordó con honestidad la compleja situación que vivió su hermano Nico durante el verano, en medio de rumores, presiones y hasta actos de vandalismo. “Le rompieron una luna del coche, vandalizaron su mural… muchas veces le he tenido que parar. No ha sido fácil, pero ha decidido con el corazón”, expresó el delantero de 31 años.

Iñaki subrayó que Nico tenía ofertas de grandes clubes, pero eligió quedarse en Bilbao con un nuevo contrato a largo plazo, inspirado por el deseo de dejar huella en el club al igual que lo hizo Julen Guerrero. “Mi hermano es muy joven, con solo 22 años ya era un caramelito para los grandes equipos. La gente debe entender que tomar decisiones de vida no es sencillo. Él lo ha hecho con ambición y amor por el Athletic”.

El nuevo capitán, quien será el primer jugador negro en ejercer ese rol en la historia del club, destacó lo que representa este hecho: “Es un orgullo y una responsabilidad. Somos una familia humilde y tenemos la oportunidad de representar a muchos que vienen desde fuera para ganarse el pan. En un contexto en el que la ultraderecha se impone, los que tenemos voz debemos seguir rompiendo barreras”.

También habló del estado del equipo, de las aspiraciones europeas y de su momento personal: “Estoy en una etapa de madurez muy buena. Queremos seguir peleando por todo, especialmente por Europa y la Copa. Ernesto ha logrado sacar lo mejor de cada uno de nosotros”. Además, confirmó que está esperando su primer hijo junto a su esposa.

Sobre la situación de Yeray, suspendido por la UEFA tras un positivo atribuido a un tratamiento contra la alopecia, Iñaki expresó su apoyo incondicional: “Somos muy amigos, hemos vivido muchas cosas juntos. Esto es un obstáculo más que superará”.

En cuanto a la cesión de Álvaro Djaló al fútbol catarí, fue claro: “Es un gran jugador. Le ha costado adaptarse, pero lo esperamos con los brazos abiertos”.