El Real Madrid presentó una inesperada disposición táctica en el Mundial de Clubes al alinear tres centrales y dos carrileros frente al Salzburgo, rompiendo con su estilo tradicional. El nuevo técnico, Xabi Alonso, apostó por un sistema que le dio éxito en el Bayer Leverkusen, y que remite directamente a la estructura utilizada por Vicente del Bosque en la Champions League del año 2000, cuando los blancos conquistaron la 'Octava'.

La línea defensiva fue conformada por Rüdiger, Tchouaméni y Dean Huijsen, mientras que los carriles estuvieron a cargo de Fran García y Trent Alexander-Arnold. El esquema permitió mayor amplitud ofensiva y solidez en la presión tras pérdida, con carrileros que se incorporaban como interiores en varias fases del juego. Este planteamiento refleja la intención de Alonso de transformar progresivamente al equipo, sin romper abruptamente con el legado de Carlo Ancelotti.

Durante los primeros partidos del torneo, el equipo había alternado entre sistemas más clásicos como el 4-3-3 y el 4-2-3-1, pero las dudas en ataque y defensa empujaron al entrenador vasco a implementar un cambio radical que recuerda la exitosa fórmula táctica que usó Del Bosque con Karanka, Campo y Helguera como trío central. Aquel planteamiento histórico permitió al Real Madrid liberar a sus laterales y dominar con solidez todo el torneo continental.

Con una probabilidad del 16,67 % de alzarse con el título según Betfair, el Real Madrid de Xabi Alonso busca cerrar la temporada 2024-25 con un título importante, mientras consolida una nueva identidad táctica basada en la flexibilidad, ocupación de espacios y presión alta.